GENEROS
EL PORRO
El porro es un ritmo musical de la Región Caribe colombiana, tradicional de los departamentos de Córdoba, Bolívar, Atlántico y Sucre Posee un ritmo alegre y fiestero, propicio para el baile en parejas. Se ejecuta en compás de 2/2 o, como se le dice popularmente en América Latina, compás partido.

Porro “palitiao” y “tapao”
El porro tradicional o campesino se suele clasificar en dos tipos o categorías principales: “tapao” y “palitiao”.
El “palitiao”, oriundo de las tierras del Sinú, toma su nombre según la versión más aceptada, por la forma como se golpea con el percutor una tablilla incorporada al aro del bombo o externa a este. Esto ocurre al momento en que el bombo queda en silencio y el clarinete toma el rol protagónico.El porro “tapao” se encuentra estructurado por cuatro partes o secciones: danza, porro, “bozá”, danza. Las danzas, de cortos compases, dan inicio y fin a la obra como en una especie de anuncio que da entrada y salida al porro propiamente y a sus dos partes principales
.La sección porro se identifica por estar dominada por el sonido de la trompeta y la “bozá” por ser el momento en que predomina el clarinete, y en que suele suspenderse la percusión del bombo e iniciarse el golpeteo del palo sobre la tablilla (el paleteao).
Estos elementos característicos del porro “palitiao” no están presentes siempre en todos lo temas. María Varilla, por ejemplo, que se ha llamado el himno de Córdoba, no posee las danzas de entrada y final. Igualmente El Gavilán Garrapatero, Soy Pelayero y la Mona Carolina carecen de la danza inicial, lo contrario de un Porro “tapao” como Roque Guzmán, que cuenta con las danzas a su inicio y final, sin que por ello sea uno “palitiao”.
Por su parte el porro “tapao” o sabanero por ser originario de las sabanas de los departamentos de Córdoba, Sucre y Bolívar, se llama así por la predominante forma como el ejecutante del bombo tapa con la mano el parche opuesto al que percusiona, y carece de la sección “bozá”.
Musicólogos como Victoriano Valencia, han identificado otros rasgos como la improvisación, a cargo de cada instrumento o grupo de estos, que se da en las
FANDANGO

El fandango, como ritmo, es un aire ligero, rápido, marcado a compás binario 6/8, parecido al Pasaje Llanero y al Mapalé. Presenta dos secciones en la melodía. Es de carácter instrumental y fiestero.
El fandango también hay que entenderlo como un espectáculo de carácter público multitudinario que se da en el marco de los días especiales de los pueblos de la región caribe colombiana, en los cuales se celebran los santos patronales, la recolección de las cosechas o la fundación. Fiestas que siempre celebran con fiestas de corraleja y rueda decumbia o fandango por la noche. Evento en el cual, para su disfrute, en la plaza de la población donde va a realizarse el baile se colocan unos banquillos, o se construye una pequeña plataforma o tarima de madera, en el centro. Los músicos, unos quince, suben y empiezan a tocar, regularmente, desde las 9 de la noche; interpretando porros, fandangos, puyas, bullerengues, mapalés, cumbias, gaitas, etc. Las parejas bailan alrededor de la banda de vientos formando círculos inmensos; se alumbran con paquetes de velas que la mujer lleva en la mano derecha, y en alto, como en la cumbia, tanto para el coqueteo como para el rechazo de sus pretendientes, baile con el cual conserva la característica de ser suelto y girando siempre en forma inversa a las manecillas del reloj.
La pareja da la vuelta cada tres metros, el hombre rodeando a la mujer y la mujer sobre si misma, siempre en ademán de coqueteo elegante y conquista respetuosa. Estos fandangos por tradición y por conveniencia son amenizados por las bandas folclóricas, también llamadas papayeras o pelayeras, de la región.
EL BAMBUCO

Es la manifestación folklórica mestiza más típica de la zona andina colombiana, y por esencia la danza nacional más representativa. Sobre su origen se han expuesto diversas hipótesis, en las cuales se destaca la esencia antropogeográfica de origen: la indígena, la negra africana y la española. La hipótesis indígena defiende la proyección de la música chibcha, por esencia triste en el ritmo lento de los aires folklóricos del altiplano andino, y en especial en el bambuco. Algunos antropólogos hablan sobre la existencia de los indios "bambas" en el litoral Pacífico y la presencia en su habla de la terminación "uco", asimismo sobre la denominación de "bambucos" a los aires musicales indígenas de "movimiento trémulo o de bambaleo". La hipótesis africana ha expuesto la tesis, hoy muy aceptada sobre el nombre de la palabra "bambuco", con la cual se designaba un instrumento de los negros antillanos; ellos llamaban "bambucos" a sus instrumentos caránganos, hechos en tubos de "bambú"; Y por último la hipótesis española que se basa en la posible ascendencia vasca en el ritmo de bambuco. Los ritmos vascos, y entre ellos el zortcico, presentan ritmos ágiles, sueltos y alegres, que sirven de soporte a una melodía de acentos quejumbrosos a veces, formando un interesante contraste, muy parecido a nuestro bambuco.
Hasta hace algunos años se hacía la diferencia regional en los tipos de bambucos; se hablaba de un bambuco lento y melancólico en el Cauca; otro de carácter fiestero en el Tolima y Santanderes; y otro de tipo campesino, gracioso y madrigalesco en el altiplano cundiboyacense. Se hacía asimismo la diferencia entre el bambuco lírico de esencia romántica y generalmente vocal; el bambuco instrumental, característico de las estudiantinas y tríos; y el bambuco anónimo o campesino, de verdadera extracción popular.
En la vestimenta típica de bambuco, se tiene en cuenta el traje regional correspondiente. El bambuco antioqueño se baila con una vestimenta donde el hombre lleva pantalón de dril preferentemente azul claro, arremangado desigualmente en las pantorrillas; camisa bordada en la pechera, de color vivo; pañuelo raboegallo al cuello, sombrero blanco aguadero, carriel, mulera y machete. La mujer antioqueña lleva también sombrero blanco aguadeño pequeño, adornado, blusa de media manga, bordada, poco escotada y de color lila preferentemente; y falda color rosa, adornada con franjas horizontales de colores contrastados.
El bambuco caucano tradicional presenta el atuendo típico de la ñapanga caucana, con sombrerito de paja, rebozo sobre los hombros, candongas en las orejas, camisa blanca con tirillas y golas bordadas en el pecho, falda de muselina rosada, azul oscuro o rojo, chumbe o cinturón de lana y los pies desnudos; el hombre usa calzón y chaqueta de género blanco, camisa blanca con chorrera en el pecho y pañuelo de seda en el cuello. Lo que indica la necesidad de aplicar la diversidad regional, tanto en el estilo lento o alegre, como en el traje regional.
EL PASILLO

Es otra de las tradiciones folklóricas andinas que se hicieron populares desde el siglo XIX. Es una de las variantes del vals europeo, convertido en baile de moda, con ritmo más rápido o sea de pasillo. Una de sus formas de variación en el siglo XIX fue la "capuchinada" o vals nacional rápido. En los años de transición del XIX al XX se convirtió en el ritmo de moda de los compositores colombianos; era el más solicitado por los jóvenes y el más escuchado en las tertulias santafereñas a estilo de "Rondinella", "La gata golosa", "Patasdilo" y otras.
En la interpretación de los pasillos encontramos dos tipos representativos: el pasillo fiestero instrumental, que es el más característico de las fiestas populares, bailes de casorios y de garrote; se confunden con la típica banda de música de los pueblos, con los fuegos de pólvora, retretas, corridas, etc. El pasillo lento vocal o instrumental, es característico de los cantos enamorados, desilusiones, luto y recuerdos; es el típico de las serenatas y de las reuniones sociales de cantos y en aquellos momentos de descanso musical, cuando se quiere recordar.
El pasillo colombiano presenta semejanzas con el "valse" de Venezuela, el "sanjuanito" del Ecuador y el "valsecito" de Costa Rica". Con el pasillo colombiano se hicieron populares las danzas, bailes relacionados con la contradanza europea y la habanera cubana. Era un baile de salón y de fiestas de familia, muy apetecido en Colombia y en especial en Antioquia y Caldas.
El folklore musical andino es el Bunde conocido en el Tolima y el litoral Pacífico. Parece que sus orígenes remotos se extienden hasta los cantos "wunde" de la Sierra Leona en África Occidental. Desde finales de la Colonia se conocen los "bundes" como bailes populares; según la tradición, la heroína santandereana Manuela Beltrán se reputaba como "bundelera". Se conoció asimismo en Antioquia, Cartagena y Tolima; en el Valle y Chocó encontramos bundes como cantos para ritos funerarios y para honrar a los santos patronos, como el "bunde San Antonio".
En el Tolima el bunde ha significado una mezcla de ritmos o ensaladilla de música, con melodías cadenciosas influenciadas por las interpretaciones de guabinas y bambucos y las supervivencias folklóricas de los "opitas"; uno de los clásicos es el "Bunde tolimense" de Alberto Castilla, el cual recoge la tipicidad tradicional folklórica tolimense". Los estudios folklóricos han profundizado más en el bunde del litoral Pacífico de procedencia negra, el cual se baila por parejas en forma circular; son interpretados con flauta de caña, el conuno y el tambor.
En el Tolima Grande (Tolima y Huila) se cantan y bailan los sanjuaneros y los rajaleñas, junto con los bambucos, guabinas, bundes y pasillos. El Sanjuanero es una mezcla rítmica entre bambuco y joropo, muy típico de las fiestas de San Juan y San Pedro. Los Rajaleñas son coplas picarescas de los opitas, las cuales se interpretan con flautas, tiples, tamboras y caránganos.
Numerosas danzas, cantos y ritmos han sido detectados en el folklore andino, caracterizado por su gran variedad. En el baile de la perdiz, con paso de bambuco, el hombre llama a la perdiz con un silbido. En la manta jilada se expresa el oficio de hilar una manta; se menciona asimismo las supervivencias españolas, e indígenas en la ronda, la matarredonda, la mejorana, las cintureras, la copa, etc.